kotobalove | Fanfic: Host Girl [7/11]

Título: Host Girl [7/11]
Autor: darxina (Ness)
Público: PG - 13 (?)
Pareja: Masuda/Tegoshi
Género: Romance, Drama
Notas: Ojo al lemon, de momento es suave, pero a quien no le gusta que no lea xD

Yuya no podía olvidar la cita de ayer, había sido como sueño haber podido disfrutar de algo que jamás había podido ver con sus propios ojos. Y no solo eso, sino que lo había podido hacer con la persona que más quería. Pero había algo que faltaba entre ellos. Aquella relación había surgido de forma espontánea, después de un impulso de Massu, y tras una pequeña discusión, aunque ninguno de los dos tuvo la iniciativa hasta entonces para aclarar lo que sentían el uno por el otro. Pero en parte Yuya agradecía que fuera así, prefería tener la distancia adecuada con Massu, no ir más allá de lo que tenían porque entonces sería imposible dar marcha atrás.

Esos pensamientos mezclados con lo ocurrido el día anterior en la cita le impidieron dormir bien. Se preguntaba qué pasaría al día siguiente, si Massu llamaría a Yuko, si se lo encontraría por la calle como Yuya. Su vida se estaba complicando demasiado, y sabía que él sólo no iba a poder controlarlo todo.

En cualquier caso aquella mañana estaba libre de trabajo, fue a comprarse un nuevo móvil para su actuación como “primo de Yuko” y luego decidió dejar de pensar en sus problemas y acudir a la universidad. Hacía una semana que no iba y por supuesto se sorprendió al ver lo mucho que se había perdido. Le deprimía saber que realmente no valía para nada esforzarse tanto si no tenía tiempo para nada.

Al volver a casa posó sus cosas en la mesa sin saber que hacer y se quedó mirando los dos móviles pensativo. De repente uno de los móviles sonó. Por supuesto solo podía ser uno de los dos. Pensó que sería Masuda, no podía dejar de pensar en él, pero esta vez se calmó cuando vio quién le estaba llamando.

“¡Hola Shige~!”

“¿Qué tal Tegoshi? te llamaba para ver cómo estabas, el otro día me tenías preocupado”

“Te preocupas demasiado~”

“¿Será porque soy tu amigo de todala vida? Por cierto, ¿cómo te va con ese tal Masuda?”

“Bien...”

“Entonces se lo habrás dicho, ¿no?"

“No... creo que ya es muy tarde para eso”

“Joder Tegoshi, te lo advertí, tenías que habérselo dicho aquella vez cuando...”

“¡Lo sé!” Yuya no pudo evitar levantar la voz. “Shige, yo... no puedo más. Massu no se merece esto, ¿crees que estoy jugando con él?”

“Lo parece”

“Pero... le quiero”

“Entonces díselo y deja de ser tan infantil Tegoshi, si Masuda realmente siente lo mismo por ti no te dejará aún sabiendo la verdad”

*****

Debía aprovechar y estudiar, pero no podía olvidar las palabras de Shige “Si siente lo mismo por ti no te dejará”. ¿Cómo podía estar tan seguro? ¿qué reacción tendría cualquier chico si su novia fuese en realidad un hombre?. Se lo preguntaba a sí mismo, y se daba cuenta de que él no podría perdonar semejante mentira.

Cogió el nuevo móvil y marcó el número de Masuda sin pensar, necesitaba comprobar algo. Empezó a dar un tono, dos, tres, pero Masuda no lo cogía. ¿Estaría trabajando?. Al cuarto tono se escuchó aquella voz que hacía que su corazón se acelerase en un segundo.

“Hola, soy Tegoshi, el primo de Yuko, ¿recuerdas?”

“Oh sí, claro, ¿ya has arreglado tu móvil? me alegro, ¿cómo estás?”

Sonaba emocionado, pero era extraño estarlo mientras hablaba con una persona que apenas conocía. ¿Realmente era así Masuda? ¿se comportaba tan amablemente con todo el mundo?

Estuvieron hablando un rato, y al final, tal y como Yuya tenía previsto, salió el tema de la cita.

“Yuko me dijo que ayer tuvísteis una cita, se la veía muy contenta”

“¿Ah, sí? ¿te lo dijo? Ahh qué vergüenza~”

“¿Masuda-san, puedo preguntarte algo?”

“Dime”

“¿Quieres a Yuko?”

“Por supuesto”

“¿De vedad?”

“Sí”

“Y si ella... en realidad no fuese cómo tú piensas...”

“¿Eh? ¿a qué viene eso?"

“¿La dejarías?”

“¡Claro que no! ¡la quiero y no la dejaría por nada! Ah, tengo que volver al trabajo, perdona, ¡nos vemos!”

Finalmente Yuya pudo esbozar una sonrisa. No tuvo que haber dudado de Masuda ni un instante. Él era la mejor persona de este mundo y sus palabras siempre le animaban y le daban valor y confianza para seguir adelante. Igual se arriesgaba a perderle, pero al menos quería intentarlo, si de verdad lo aceptaba, quizá entonces podría ser feliz el resto de su vida.

Sí, se lo diría, definitivamente.

*****

Al conocer el problema de Yuya, Shige le llamó todos los días para, al menos, poder apoyarle desde lejos. Yuya le contó todos los detalles acerca de Masuda. Le dijo que esos últimos dos días no habían quedado, porque a Masuda le había salido trabajo extra durante las tardes, y que solo se podían ver cuando Yuko trabajaba en el Host Club por la noche. Masuda insistía en ir, y ella no podía quejarse porque estaba muy a gusto con su novio mimándola en aquel gran sofá del local, acariciando su mano o su mejilla, haciendo que jamás desapareciera la sonrisa de su cara. Pero extrañamente Masuda no la besaba, estaba claro que para él eso significaba mucho y sólo quería hacerlo en momentos especiales, más privados. Yuko agradecía que él pensara así, agradecía que Masuda la tratara con tanto respeto.

“No creí que fueras capaz de querer relacionarte con nadie después de lo que pasó, Tegoshi”

“Y no quería, pero cuando le conocí... sonará raro, pero no vi maldad en su corazón, y no me equivoqué”

“No lo sabrás hasta que no sepa la verdad, ¿sabes? al fin y al cabo, se enamoró de ti porque te hacías pasar por una chica, y precisamente por eso hace años...”

“No me lo recuerdes, por favor Shige... me ha costado mucho poder olvidar”

“Está bien, entonces ¿cuándo se lo dirás?”

“Mañana”

*****

Mañana. No tenía ni idea de cómo hacerlo, pero inesperadamente ya habían quedado. Masuda le había dicho por teléfono que tendría aquella tarde libre, y en que en vez de descansar prefería quedar con ella. Parecía más animado que de costumbre, lo había notado en su voz, y Yuya se maldecía a sí mismo por querer ser el causante de destruir esa felicidad.

Se encontraron en el lugar de siempre, Yuko llegó un poco tarde otra vez, porque cada vez era más difícil para ella decidirse con la ropa. Pero a él no le importaba, en cuanto la vio aparecer se acercó rápidamente y la cogió de la mano.

“¡Yuko! ¿sabes lo que acabo de ver mientras venía? ¡ven!”

La llevó con él hasta el final de una calle donde había una nueva tienda, con un montón de accesorios de calaveras en el escaparate. “Mira, acaban de abrirla, ¿quieres entrar?

Yuko asintió sin pensar y entró decididamente a la tienda. Había de todo: pulseras, anillos, colgantes, pendientes, camisetas, carteras,bolsos. Era una tienda echa para él, para Yuya. Sus ojos brillaban al poder disfrutar de su afición junto a Masuda. Le agarraba del brazo y le señalaba lo que le gustaba, aunque a Masuda ese estilo no le iba demasiado, pero ver a su chica sonreír era más que suficiente para él. De pronto Yuko se paró en algo que le llamó la atención.

“Este colgante, ¡me encanta! Ah... pero es muy caro, ya decía yo... bueno lo compraré otro día”

Pero otro día tampoco podría permitírselo. No es que fueran joyas, pero se excedía de sus límites, y por mucho que le gustara no podría tenerlo. Salió antes de que se le encaprichara otra cosa, seguido de Masuda y éste no dijo nada, solo la miró un poco preocupado, hasta que ella lo notó. “Me alegro de que me lo hayas enseñado Massu, me ha gustado mucho de verdad, cuando pueda vendré y me lo compraré todo, ¡todo!” dijo sonriendo y alzando los puños.

“¿Sabes? Al principio pensé que era raro que a una chica que le gustaran esas cosas...”

“¿Eso es malo?”

“No, de hecho eso te hace única”

Yuko se sonrojó por primera vez aquella tarde. Sentía que hiciera lo que hiciera, Masuda la alabaría, porque le gustaba tal y como era ella. Era la única persona que la quería de esa manera a parte de su madre.

Dieron un vuelta por la ciudad mirando tiendas y al final se sentaron en un banco que había en un parque.

“Ahh, estoy agotado”

“Te dije que no hacía falta que quedaras conmigo si estabas cansado”

“Ya, pero era lo que más quería hacer”

Yuko sonrió al escuchar aquellas sinceras palabras de Massu y miró hacia un lado.

“¿Quieres un refresco? Espera voy a comprar algo”

Yuko asintió y vio cómo Masuda desaparecía en la esquina de la calle de al lado. Las cosas se estaban alargando demasiado, y cada vez veía más difícil poder hablar con él en serio.

Pero tardó bastante en volver y Yuko se asustó, pero 20 minutos después Masuda apareció con dos refrescos en la mano, agitado, sudando y suspirando.

“Massu~ ¡has tardado mucho! ¿a dónde has ido?”

“Es que... tenía algo que hacer”

Yuko lo miró extrañada, pero no le preguntó, simplemente cogió la bebida y le dio un sorbo. Empezaba a oscurecer y ambos estaban allí en silencio, contemplando los niños mientras jugaban. Fue cuando Yuko reunió el valor necesario para empezar a hablar.

“Massu... hay algo que tengo que decirte”

Al principio hubo un silencio breve, y cuando Yuko iba a seguir hablando, Masuda la interrumpió.

“Mm, yo también tengo algo que decirte, ¿te importaría... venir a mi casa?”

Yuko pensó que en otras circunstancias eso sería “peligroso” pero se fiaba de Masuda y estaba convencida de que no pasaría nada malo. En realidad prefería decírselo en un ambiente más privado, donde pudieran hablar tranquilamente.

*****

La casa de Masuda era bastante más amplia que la suya. Todo estaba perfectamente ordenado, la limpieza parecía extrema hasta tal punto que ella andaba con cuidado para no tocar nada. Estaba claro que Masuda tenía infinitas cosas buenas, era envidiable.

La invitó pasar a su habitación y Masuda le ofreció sentarse en su cama antes que en el suelo. Le dijo que iba a preparar algo de té y que volvía enseguida. Mientras tanto ella aprovechó para mirar a su alrededor. Había muchas fotos en un panel de corcho colgado en la pared, y parecía que Masuda tenía muchos amigos. Siempre estaba rodeado de mucha gente, en diferentes lugares y situaciones. Era una persona muy querida, y no era para menos. Pero siguió fijándose en esas fotos y en el centro de todas ellas había una que le resultaba familiar. Era una de las fotos que se habían sacado en la sala recreativa durante su primera cita, donde se dieron el primer beso. Estaba allí en medio, bien grande, tapando algunas otras que había debajo. ¿Tan importante era para Masuda? ¿acaso la ponía a ella antes que a sus mejores amigos?

En ese momento Masuda volvió a la habitación con una bandeja y ella disimuló levantándose para ayudarle a servir el té. Se pasaron un buen rato hablando, pero ella no pudo encontrar el momento adecuado para decirle a lo que tenía pensado. Luego Masuda cambió su posición y se sentó a su lado.

“Cierra lo ojos”

“¿Eh?”

Yuko hizo lo que le pidió y empezó a temblar, ¿qué iba a pasar?. Sintió algo alrededor de su cuello, algo fino y frío. Entonces Masuda le dijo que abriera los ojos y Yuko vio colgando de su cuello el colgante de la calavera que no pudo comprarse antes. Levantó la vista rápidamente totalmente sorprendida.

“Massu, esto... ¡era muy caro! ¿por qué me lo has comprado?”

“Porque te gustaba”

“Pero por eso no debías haber...”

“Te sienta bien, estás muy guapa, hice bien en comprarlo”

“Massu yo... no sé cómo agradecértelo”

Bajó la mirada a punto de llorar. El valor para confesarle la verdad aquella tarde estaba empezando a esfumarse.

“¿Eh? Esto lo hemos vivido antes... creo que me invitaste a comer la última vez, jaja, pero en serio, esta vez no hace falta que me lo agradezcas, es un regalo”

“¿Era esto lo que querías “decirme”?

“No... exactamente”

“¿Y qué es?”

“Pues...”

En cuanto Masuda le dijera lo que tuviera que decirle, ella le diría la verdad enseguida. No podía esperar más, si lo hacía se moriría día tras día a causa de ese sentimiento de culpabilidad. No podía hacerle más daño, estaba yendo demasiado lejos con todo esto.

“...te quiero”

“¿Eh...?” sonó como un susurro porque de su boca no pudo salir nada más. No podía ser verdad lo que acababa de oír. Se quedó paralizada, sin poder articular palabra, mirando con los ojos bien abiertos a Masuda sin creérselo. Sólo pudo ver cómo él se acercaba lentamente a su cara, posando una mano en su cuello y repitiendo esas palabras cerca de sus labios.

“Te quiero”

Justo después Masuda la besó, tan tierna y dulcemente como todas las veces que lo había hecho. Primero fue un beso inocente, sus labios apenas se rozaron, pero en el momento que Yuko cerró sus ojos se dejó invadir por la calidez del verdadero amor de Masuda hacia ella. Abrió la boca y dejó que Masuda profundizara el beso. En respuesta a ello Yuko lo abrazó por el cuello, acercándolo más, dejándose devorar por los suaves labios de Masuda. Todo lo que hacía lo hacía perfecto y esto no era para menos. Sus lenguas se encontraron, una y otra vez, Yuko dejaba escapar algún pequeño gemido en la boca de su chico, algo que era imposible de evitar. Ya estaba todo perdido. No podía decírselo, no, ahora no.

Apenas le dio tiempo a pensar en lo mucho que le estaba gustando esa sensación cuando sintió una de las manos de Masuda deslizarse por su cuerpo hasta posarse en su cintura, y lenta y disimuladamente se iba metiendo por debajo de su camiseta.

“Massu...” alcanzó a decir ella entre suspiros una vez que sus bocas se separaron para coger aire.

“Yo... no puedo dejar de pensar en ti, todos los días, a todas horas, te necesito... Yuko...”

No podría negar que en ese momento le entró el pánico, pero no se quejó ni hizo ningún esfuerzo por apartarse. Masuda interpretó aquello cómo un “adelante” y volvió a besar a Yuko una vez más, deslizando su boca esta vez por su mejilla y por su mentón, hasta llegar a su cuello. Yuko inclinó la cabeza hacia atrás apretando los ojos, sin poderse creer el tremendo placer que Masuda le estaba dando simplemente con sus besos y su lengua por su piel. A su vez aquella mano se metió más adentro, recorriendo su espalda de arriba abajo, hasta la zona donde ésta terminaba.

“Ah... Massu, espera...”

Sin ser consciente de ello aquellos gemidos salían de su boca, Era inevitable no transmitir ese placer de alguna manera. Nunca nadie lo había tocado con tanto cariño. Era la primera vez, y pensó que iba a morirse cuando sintió cómo se excitaba, allí entre sus piernas. Masuda hizo caso omiso a su petición, porque ese “espera” sonó más como súplica de un mayor deseo. Y dio un paso más, la empujó suavemente y la recostó en la cama. Por el momento Yuko se había olvidado de quién era y de dónde estaba. Sólo podía pensar en los besos y las caricias de Masuda, tenía tantas ganas de hacerlo, de llegar más allá. Masuda siguió jugando con su mano. Le levantó la camiseta un poco y dejó al descubierto su ombligo, qué besó con delicadeza, alternando allí el calor de su piel con la humedad de su lengua. Luego subió las manos más arriba, pero Yuko le frenó instintivamente y él sonrió. Y cómo no pudo ir hacia arriba, fue hacia abajo. Acarició las caderas de Yuko por encima de la falda y volvió a su boca para besarla.

“Yuko... eres perfecta”

Ella no era la perfecta, era todo esto, y apostaba que no quedaban ni 1 minuto para que todo terminase para siempre. El miedo la invadió cuando sintió las manos de Masuda deslizándose por sus muslos, pero esta vez por debajo de la falda.

“Ahh... Massu... no... por favor” pero aquellas palabras se perdieron en el aire. Nadie las oyó más que ella. Tampoco tuvo fuerzas para apartarle.

Y su cara se llenó de lágrimas en el preciso instante en que Masuda tocó a Yuya.

Todo pasó tal y cómo se esperaba. Masuda se apartó rápidamente, levantándose aterrorizado, con una cara que nunca había visto en él. ¿Era asco lo que reflejaba aquel rostro?. Permaneció allí de pie con la boca abierta señalando a Yuko. Ella se incorporó y se sentó en la cama, cerrando las piernas y bajando la mirada. Estaba demasiado avergonzada para mirarle a los ojos.

“Eres... eres un....”

“Lo siento Massu, pedóname...”

Y lo siguiente que hizo fue quitarse la peluca. Quería mostrarse tal y cómo era, por primera vez. Sin mentiras, sin engaños. El verdadero Yuya.

“Tú eres... Tegoshi... ¿no erais primos? ¡¿de qué va todo esto?!”

Yuko sintió el verdadero miedo cuando Masuda alzó la voz. Nunca le había visto así y no sabía cómo comportarse.

“Somos la misma persona... quería decírtelo, de verdad que quería Massu, pero...”

“¡No... no me lo puedo creer! Has estado jugando conmigo todo este tiempo y yo... como un idiota te creí, confié en ti y te conté... te dije todo lo que sentía por ti como un secreto, se lo contaba a quien se suponía que era tu primo y resulta que siempre habías sido tú! ¿cómo has podido hacerme esto?”

No pudo contestarle, las lágrimas no paraban de salir. En esa voz se reflejaron muchas cosas: ira, sufrimiento, dolor, humillación. Todo lo que Yuya nunca quiso provocar, pero que sin embargo había conseguido hacer brotar de golpe en el interior de Masuda.

“Vete de aquí, no quiero volver a verte”

“No, por favor Massu, déjame explicártelo, yo...”

“¡VETE!”

Y no hizo falta que lo dijera dos veces, porque Yuko cogió sus cosas, y sin dejar de llorar salió corriendo de su casa.

En cuanto salió a la calle empezó a llover, y lo peor era que sus piernas no le respondían, había perdido las pocas fuerzas que le quedaban. Se tropezó con todo el mundo por la calle y al no llevar puesta la peluca, y sí la falda, la gente lo miraba con cara rara, pero él no podía dejar de llorar y de mirar al suelo, sin importarle el mundo lo más mínimo. Un grupo de gente se acercó corriendo, no se fijaron en él, lo empujaron y cayó al suelo mojado. Siguió llorando desesperadamente y empezó a gritar recordando las últimas duras palabras que le había dicho Masuda:

“No quiero volver a verte"

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Tuve problemas para postear esa capi porque era muy largo y no me dejaba jaja tuve que recortar cosas T_T
No quise meter el drama hasta el final, pero solo es el comienzo, en el siguiente habrá más =)
Con la última parte inicié un poco el lemon y aunque no lo creáis fue lo que menos me costó escribir xD

Current Music: Kagayaku Hito - Angela Aki

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ay pobre tego T_T
que venga conmigo que yo si le daré amor *¬*
espero que en el siguiente se suavice la cosa porque odio que los capis terminen en dramón, que luego empiezo a comerme el coco pensando qué pasará al final y me rayo mucho xDD
Bueno, me ha gustado mucho este capi pero me ha dado mucha penica T_T
aunque ya nos esperábamos todas qué pasaría xD
ale, hasta el próximo capi! ^-^

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Fanfic: Host Girl [7/11]

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