Fanfic: Del odio al amor hay sólo un "pase" [1/?]

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Título: Del odio al amor hay sólo un "pase" [1/?]
Autor: darxina (Ness)
Rating: PG-13
Pareja: Tegoshi/Masuda
Género: Fútbol, Romance, Drama
Resumen: Tegoshi desea cumplir su gran sueño, y necesitará la ayuda de alguien para conseguirlo.
Nota: El fútbol es tópico arriesgado, lo sé, pero como no he visto fanfics sobre este tema quise probar algo nuevo. Gracias a saintkuruta y a tegomass_news por motivarme ^^
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Desde pequeño su sueño era llegar a ser el mejor futbolista de todo Japón, o si eso fuera mucho pedir, al menos enfrentarse a numerosas estrellas del deporte y convertirse él también en una de ellas. Quería experimentar la sensación de grandeza al meter un gol decisivo para una final, miles de ojos centrados en él, gente gritando su nombre y aplaudiéndole. Tenía claro que en el futuro quería vivir por y para el fútbol, pero ahora mismo la realidad estaba muy lejos de todo eso.

Ni siquiera pertenecía a un equipo, no había nadie que le hiciera un pase, nadie que le parase un lanzamiento. Llevaba meses queriendo entrar en el equipo de su universidad, pero obviamente eso no era fácil, porque ellos ya eran profesionales. El nivel era muy alto y como mínimo había que pasar una estricta prueba para ser admitido. Al fin y al cabo esa universidad llevaba la etiqueta de ser una de las mejores de todo el país. Por tanto su equipo de fútbol, o lo que era lo mismo, su representación a nivel nacional, tenía que hacer orgullo de su nombre.

Tegoshi Yuya, nº 10. Bueno, al menos eso era lo que estaba escrito a rotulador en su camiseta blanca. Podría parecer patético, pero de esa forma se sentiría más seguro consigo mismo mientras día tras día intentaba mejorar sus habilidades en el dominio del balón. Siempre, después de cada partido con algunos amigos que simplemente jugaban por entretenimiento (chicos que no tenían su misma aspiración de futuro pero que sin embargo solamente disfrutaban de ese deporte por ocio) se quedaba solo chutando el balón hacia la portería, mientras iba oscureciendo en aquel enorme campo.

Llevar la pelota, colocarla en el punto exacto de penalti, coger carrerilla y pegarle fuerte. Una y otra vez. Multitud de balones dispersados por el suelo y sólamente presente el sonido del golpe y el ondeo de la red. Era aburrido, inútil, y sabía que simplemente así no llegaría muy lejos. Es fácil golear cuando no hay nadie que esté ahí para impedirlo, por eso todos los balones iban dentro, pero eso no solía pasar cuando jugaba en grupo. Tiros a puerta y ningún tanto, esa era su mayor preocupación.

También había que tener en cuenta que su motivación no le estaba ayudando demasiado. Estaba cansado de ver a esos fantásticos jugadores siendo animados por las chicas mas guapas de la universidad, o sin ir más lejos por sus familias o amigos, incluso en los entrenamientos en ese mismo campo. Pero allí no había nadie que se tomara la molestia de verle jugar. Miraba a los lados, barandillas y bancos vacíos y suspiraba mirando al balón en sus manos. ¿Cuándo llegaría el día en que alguien gritara su nombre desde allí?. A la par que pensaba eso y levantaba la vista, echándose el pelo hacia atrás, apreció a lo lejos una figura que se detenía y se apoyada en la barandilla mirando hacia él. Solo pudo distinguir a un chico que no conocía, ni siquiera de vista. Posiblemente sería un estudiante del campus, pero no de su curso ni de su carrera. Trató de ignorarlo completamente porque, al fin y al cabo, en pocos minutos después de ver lo patético que era chutando el balón se acabaría marchando del aburrimiento.

Solo tuvo que golpear tres veces para comprobar que estaba en lo cierto. Aquella persona ya se había ido.

****

Se había convertido en una absurda rutina el quedarse todas las tardes hasta que caía la noche en aquel lugar, él solo frente a la portería, intentando mejorar algo que era imposible sin un equipo, pero de alguna manera así no se sentía tan lejos de lo que realmente estaba de alcanzar su sueño. Pero había algo que de verdad e intrigaba desde aquel día que vio a esa primera persona observándole, y es que había vuelto a aparecer, ahora todos los días, y ya no se quedaba solamente unos minutos, sino que esperaba a que él terminara con su auto entramiento. Empezaba a resultar molesto y por una parte pensaba que podría ser algún tipo de acosador. Era de noche y no le hacía demasiada gracia la idea de estar allí solo con los ojos de un desconocido clavados en él. Sin embargo hizo un esfuerzo por concentrarse en su tarea y procuró volver a ignorarlo. Cogió una pelota y se agachó para colocarla a su gusto delante de él, cuando sintió el sonido de alguien pisando el césped a su lado.

"Hola..." dijo una voz grave y suave a la vez.

Debía admitir que se asustó y se levantó bruscamente. Con los ojos bien abiertos, se encontró con aquel que le había estado observando todos estos días. Era un chico de su talla, probablemente de su edad o algo mayor, pelo castaño corto y ojos pequeños.

"Ah, lo siento ¿te he asustado?" se disculpó con una sonrisa. "He estado observando lo que hacías estos días pero hay algo que no entiendo... ¿por qué siempre te quedas hasta tan tarde jugando solo?"

Le pareció demasiado grosero que un desconocido se tomará tantas confianzas como para preguntarle eso, y sabía que no iba a salir nada bueno de esa conversación.

"¿Acaso te importa? ni siquiera nos conocemos" no pudo evitar sonar borde y pasivo, ignorándole de nuevo mientras colocaba el balón en su sitio. Pero eso no sirvió como indirecta para que se fuera.

"Ah, sí. Soy Masuda Takahisa. Hace unos días me trasladé a esta universidad. Estoy en segundo año de carrera."

Giró la cara para mirarle en el momento que mostró lo que más le llamó la atención. Una sonrisa encantadora que no podía pertenecer a ninguna clase de acosador ni mala persona. Por lo menos esa idea podría quitársela de la cabeza ahora, aunque aún seguía sin entender por qué se había acercado hasta allí para hablar con él.

"¿Tegoshi?" dijo Masuda inclinando la cabeza. Eso fue definitivamente lo que más le sorprendió.

“¿Cómo sabes mi nombre?” contestó algo confuso.

“Tú camiseta...”

“Ah... ya” le cortó rápidamente. Por un momento creyó que le conocía de algo.

Seguidamente miró hacia el frente y se dispuso a tirar a portería. El balón entró pero no entendió por qué el otro se empezó a reír al verlo.

"Eso lo puede hacer cualquiera Tegoshi" dijo sin dejar de reír mientras señalaba hacia la portería.

"¿Te estás burlando de mí?" se hizo el duro y le dirigió una mirada desafiante mientras se acercaba hacia él para agarrarle de la camiseta. "¿¡Quieres pelea!?”

"Oye, oye... lo siento" intentó calmarlo y le apartó la mano. "Es que... si no hay un portero ¿cómo puedes saber si vas a fallar o no?”. Tegoshi no contestó a eso porque sabía que en parte, ese tal Masuda tenía razón.

"¿Puedo ayudar?" siguió hablando en un todo más alegre y despreocupado sin posibilidad de que Tegoshi contestara y justo después se acercó a la portería, abrió las piernas y se agachó un poco delante de ella, mirando hacia él.

"¡Vamos, inténtalo ahora!"

Si le estaba desafiando a algo no se dejaría vencer tan fácilmente. No sabía lo que pretendía exactamente, pero aún así corrió para lanzar un fuerte tiro, uno dirigido hacia el lateral izquierdo, con la sorpresa de que fue parado. ¿Acaso ese chico también jugaba a fútbol? Esos reflejos eran demasiado buenos para una persona normal.

Masuda se volvió a reír y lanzó ese balón hacia un lado "¡Tira otro!". Aquel tono bromista no lo soportaba, tenía que meter un gol, esta vez como fuera, no podía quedar humillado de nuevo. Pero Masuda era realmente bueno en esto y volvió a pararlo. Cada vez se reía más de él. Le decía que era muy malo, que así no iría a ningún sitio, o que nadie le admitiría en ningún equipo. No fue hasta la quinta vez , ya harto de escuchar cosas que le hacían tanto daño, provenientes de alguien que ni siquiera conocía y que a pesar de eso se atrevía a bromear sobre su sueño, cuando Tegoshi perdió los nervios y lanzó un balón con una fuerza inmesurable. Esta vez Masuda no la paró, no porque no pudiera, sino porque nunca se hubiese arriesgado a intentar detener aquel balón que para su idea echaba fuego.

"Eso ha sido..." se alejó de la portería un poco asustado y se acercó a él.

Tegoshi empezó a hiperventilar, en parte cabreado, pero por otra parte satisfecho de su lanzamiento. Mostró una sonrisa triunfante y cruzó los brazos mirando a Masuda. "¿Ahora qué, eh? te habrías quedado en coma si te hubiese golpeado. Suerte que no intentaste pararlo".

"¿Intentabas golpearme? qué violento..." Se rió por el hecho de imaginarse que ahora podría estar muerto, aunque tal cosa no tuviera nada de gracia. "Pero, ¿sabes? creo que eso es lo que te hace falta"

"¿Qué?"

"Quiero decir, que con ese tipo de fuerza llegarías lejos, todos los tiros deberían ser como este último"

Había algo que le resultaba extraño. Era como si Masuda supiera desde un principio que Tegoshi podría dar mucho más de sí mismo, si para ello conseguía ponerlo furioso antes.

"¿Cómo sabías que yo no estaba en ningún equipo?" le preguntó sin poder evitar mostrarse algo avergonzado de admitirlo.

"Eso cualquiera lo podría adivinar, eres la primera persona que conozco que entrena sola al fútbol"

"Entonces si lo sabías... ¿por qué te reías de mí?". Esta vez le miró a los ojos, y no sabía exactamente por qué le estaba pidiendo explicaciones. Era como si ahora con esa pregunta se humillara más que fallando un gol, pero a pesar de eso necesitaba saberlo, saber si era tan malo como él mismo creía que era.

"¡Venga ya! no me reía de verdad. Solo estaba intentando motivarte". se agachó para coger un balón mientras se lo explicaba con una sonrisa. Tegoshi no lo entendía del todo. "¿Nunca oíste eso de 'no provoques al enemigo o te la devolverá el doble de fuerte?' quería ver de lo que eras capaz.". Le lanzó la pelota a las manos y volvió a mostrar una sonrisa aún más amplia, que encajaba perfectamente con su apacible rostro.

"¿Sabes? al principio creí que eras una persona solitaria, pero yo creo que ese no es tu problema"

"¿Ah, no? ya que tanto sabes de mí, dime, ¿cuál es?" Tegoshi volvió a sonar sarcástico, pero en parte quería saber lo que iba a decirle.

"Solo necesitas confianza en ti mismo"

Se quedó en silencio después de oír aquello. No era la primera vez que lo oía. De hecho, su corazón se lo había dicho más de una vez, pero él nunca quiso admitirlo. Eran palabras que empezaron a resonar en su cabeza sin parar. Era verdad, no confiaba en sí mismo. Nunca lo había hecho, si no... ¿por qué nunca lo había intentado? ¿acaso tenía miedo de fracasar?. Sí, eso era.

“No... no hables como si me conocieras” Se mordió el labio y mirando hacia el suelo apretó el balón con fuerza.

“No es eso, es solo que creo que tú deberías...”

“¡¡Vete de aquí!!”

Gritó antes de pensar en hacerlo, tirando el balón con fuerza hacia pecho del otro. Se dio media vuelta y empezó a caminar rápidamente hacia los vestuarios, y una vez que se había cambiado de ropa, se sentó en el banco y rompió a llorar. Tampoco era la primera vez que lo hacía, pero nadie sabía lo mucho que estaba sufriendo. Esa impotencia de no poder obtener lo que él deseaba, y la humillación que producía que la gente de alrededor lo supiera y aún así se burlara de él. Esas eran situaciones muy duras que no conseguía superar. Y ese Masuda lo había empeorado todo. Sin apenas conocerlo, ya le odiaba. Le había recordado lo desgraciado que era cuando solo intentaba olvidarlo, allí por la noche, imaginándose que chutaba los balones en medio de un gran partido.
En casa sus padres no sabían demasiado sobre el tema. Solamente que al chico le gustaría formar parte de un equipo famoso, pero no sabían que lo deseara con tanto ímpetu y menos que estuviera sufriendo tanto por conseguirlo. De cualquier forma aquella noche recordó tumbado en la cama las palabras de aquel idiota. ¿Sería posible que tuviera razón a pesar de todo? ¿pero cómo podría ser tan atrevido de decirle eso a él?. Le daba golpes a la almohada recordando su figura, una y otra vez hasta quedarse agotado. Y solo se quedó dormido recordando las palabras “motivación” y “confianza”.

***

El día siguiente no fue muy diferente, bueno, en realidad ninguno lo era. Las clases eran por las mañanas y las tardes las dedicaba enteramente al fútbol. Después de jugar un rato con los compañeros de clase, se volvió a quedar solo en el campo. Afortunadamente estaba “solo” de verdad, porque no había venido aquel chico a molestarle. Se sintió algo mejor y comenzó a sacar los balones de la red cuando de repente sintió un fuerte golpe en la parte trasera de la cabeza. Miró hacia el suelo, le había golpeado un balón, ¿pero quién...?

“¡Hola!” dijo Masuda con esa sonrisa con la que pretendía hacer desaparecer todos los problemas.

“¿¡Qué haces aquí!? ¿no te dije que te fueras? contestó malhumorado sin molestarse en mirarle.

“Ah sí, sí. Me lo dijiste ayer, pero no me dijiste que no volviera~”

“¿¡Pero qué es lo que quieres ahora?!" ahora sí que le miró a punto de estallar. Era insoportable.

“Bueno, quiero que veas algo...” se acercó un poco a él y sacó algo de la bolsa de deporte que llevaba consigo, poniéndolo delante de sus ojos”

“¿Guantes de portero?”

“Sí, pero en realidad los voy a usar yo, porque voy a ayudarte”

”¡¡Yo no te he pedido ayuda!!” se giró y lo ignoró tal cual había hecho el día anterior, mientras colocaba los balones.

“Por favor... déjame ayudarte....” esta vez el tono de su voz era más débil y serio, lo que provocó que Tegoshi lo volviera a mirar.

“¿Por qué quieres ayudarme?”

”Pues porque...” se quedó unos segundos en silencio mirando hacia los guantes, buscando una respuesta en ellos. Una respuesta que no podía darle, al menos por el momento. “...porque quiero que me ayudes tú también a cambio?".

“¿Eh? ¿encima me pides favores?” esta vez fue Tegoshi quien soltó una carcajada, pero Masuda no respondió de la misma manera.

“Sí, verás soy nuevo y apenas conozco nada de este lugar, es demasiado grande y me pierdo fácilmente ¿podrías ayudarme?” Solo Masuda sabía que eso era una excusa.

“¿Qué te hace pensar que voy a hacerlo?”

“Pues... ¿que yo te ayudaría a cambio?”

No se lo podía creer. Ese chico era mayor que él y aún así tenía la mentalidad de un niño.

“¡Olvídalo!” hizo un gesto de negación con la mano y volvió a darse la vuelta. Pero se sorprendió al ver que Masuda no le volvía a contestar. No sabía por qué pero en ese momento se sintió algo mal por haberle dicho eso. Se acercó un poco y suavizó la voz.

“Oye...”

“Está bien... ten, los guantes” Masuda no levantó la mirada y su voz sonó triste. Se sentía mal, ahora de verdad, y aunque quería disculparse no podía. En realidad no quería que se metiera nadie en su vida, ni aunque eso incluyera recibir un poco de ayuda. Por eso se dispuso a coger los guantes esperando que de esa manera se alejara definitivamente de él cuando, por sorpresa, Masuda cogió su mano, levantó la cabeza y sonrió.

“Entonces, trato hecho, ¿no?”

“¿EH? ¿¡pero qué...!?”

“Eres fácil de preveer Tegoshi, pero no te preocupes no te arrepentirás, te prometo que te ayudaré” le dijo mostrando una sonrisa imposible de ignorar.

No le dio tiempo a contestarle con la gran cantidad de cosas que quería decirle para revertir ese trato y que se fuera, porque Masuda ya había corrido hacia la portería con los guantes puestos. Por otro lado sintió que quizá debía aceptarlo, aunque fuera por su bien. Al fin y al cabo ya nada podría ir peor.

“¿¡Empezamos!?”

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Fail? xD
Solo he escrito el primer capítulo por si acaso no os gustaba el tipo de fic, de hecho a mi el fútbol ni me va ni me viene :/
No tengo ni idea de cómo será la historia, pero como con Host Girl, irá sobre la marcha xD
Ha pasado mucho tiempo, y eso que prometí escribir pronto, gomen >.<